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Experimento a lo “Grandes”

7 de enero de 2022
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Les propongo un ejercicio de economía recreativa…. y de memoria reflexiva. Fácil, limpio, instructivo y para gente de cualquier ideología. No precisa más que una calculadora, un cuaderno, un lápiz y una goma. También puede usar un ordenador o hacer los cálculos dividiendo de cabeza con lo que aprendió en la escuela. El experimento consta de cuatro fases, y la primera es una simple división, 750.000 millones entre 446 millones. Si la realiza, obtendrá como resultado 168, con una serie de decimales que despreciaremos para simplificar. ¿Y dónde está la gracia?, se preguntará usted. La gracia está en que el dividendo representa los 750.000 millones de euros del plan de reactivación económica diseñado por la Unión Europea. El divisor somos los 446 millones de personas que habitamos en los 27 países de la Unión Europea. Y el resultado son los 158 euros -que no millones de euros- que nos tocarían a cada uno si los repartiéramos entre todos. Revelador ¿Lo prefiere teniendo en cuenta sólo los fondos destinados a España? Hagamos la cuenta, 69.500 millones entre 47,3 millones de españoles tocarían a 1.468 euros por barba. Ahí la cifra ya es un poco más curiosa aunque tampoco es para tirar cohetes, como mucho servirían para tapar algún agujero.

¿Está usted diciendo “no puede ser”, “no me lo creo”, “es imposible”? Bien, pasemos a la segunda fase del experimento. Con la ayuda de la calculadora o no -aunque es muy aconsejable para no cometer errores de bulto que luego puedan dejarle en ridículo a uno- divida los 80.000 millones de más que pagaremos en los nuevos impuestos comprometidos por el gobierno para poder recibir los fondos europeos. El resultado es de 1.691, los euros que anualmente cada español tendrá que pagar de más a cambio de recibir 1.468 euros una sola vez. O lo que es lo mismo, pan para hoy y hambre para mañana. Una vez más sacrificaremos ingresos futuros a cambio de un pago puntual en el presente, una preferencia temporal que nos saldrá muy cara y ahondará en los problemas estructurales de nuestro país haciendo todavía más pesada la carga de la burocracia sobre los hombros de los trabajadores y empresas creadores de riqueza.

Así llegamos a unas sombrías conclusiones. Si no hay dinero en España para respaldar estas cuentas, malo. Si lo hay, peor. Y si ésta ha sido la evolución natural de la burocracia pública, ¿a qué intereses obedecen quienes insisten en ella, para llevarnos a la ruina una y otra vez? Lo único que nos ha enseñado esta crisis es que nuestros políticos trabajan para ellos mismos. Nosotros somos apenas su excusa, o su mercancía electoral.

Terminaremos con la parte de memoria. Algunas partes de este escrito podrán parecerle un plagio pero compare estas cuentas con una célebre columna de una afamada y galardonada escritora muy de izquierdas. En aquel caso cometió algunos errores de bulto que le sirvieron para reafirmar sus prejuicios ideológicos que no varió ni cuando fue pública y notoria su equivocación. Todos nos podemos confundir pero si descubrimos que nuestras premisas eran erróneas y no modificamos nuestras conclusiones estaremos cometiendo algo peor que un descuido. No dejen de experimentar y poner en duda la información que les llega, incluídas estas palabras.

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