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Calzada: “Deberíamos preguntarnos por qué Canarias no está a la cabeza de Europa”

27 de noviembre de 2022
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Gabriel Calzada conversa con La Gaveta Económica mientras da un último repaso a las palabras que pronunciará en la Liggio Lecture en Nueva York como parte de la reunión anual de la Fundación Atlas. El presidente de la Universidad de las Hespérides acaba de ser elegido como presidente de la Mont Pelerin Society (el segundo español en tener esa responsabilidad, tras Pedro Schwartz en 2014) durante su reunión general, en Oslo, en octubre pasado. Allí citó las palabras de su fundador, Friedrich von Hayek, para decir que se trata de un grupo que “no aspira a hacer propaganda”.

¿Qué es entonces la Sociedad Mont Pelerin?

Surge en 1947, en un momento de crisis social muy grande. Hayek la funda porque decide que la mejor manera de afrontar esa crisis de la civilización era convocar a un grupo de personas de diferentes campos y estar unos días reunidos discutiendo de la forma más abierta posible cuál es la naturaleza de los problemas que se tienen y cuáles la posibles soluciones. La reunión tuvo tal éxito que todos sus asistentes consideraron que debía constituirse una sociedad que se reuniera cada año para mantener esa labor de defender la libertad de las personas.

¿Se justificaría hoy? ¿Son las amenazas actuales a la libertad comparables con la de aquellos tiempos?

Si no existiera, habría que formarla. Yo creo que las amenazas de aquel momento sí fueron únicas; nos situamos en 1947, estamos hablando de una época en la que el mundo acaba de salir de una guerra mundial –o de dos guerras mundiales–, cuando los totalitarismos no solo parecen avanzar por todo el mundo, sino que además su justificación filosófica también está dominando y hace pensar a la gente que lo normal es resolver los problemas a través de la eliminación de las libertades. Del establecimiento de mandos únicos y sistemas que no respetarán la libertad de las personas. También económicamente es un momento de crisis total. Hoy nos encontramos con que estamos en una situación bastante especial también y no creo que tenga el dramatismo de la de 1947, aunque estamos viviendo inmersos en una situación de crisis, si miramos desde el año 2000 hasta la actualidad.

¿Qué se hace en esas reuniones?

De manera abierta y sincera, personas que dedican su vida al análisis de la situación general y a la búsqueda de soluciones se reúnen en este espacio de reflexión sin necesidad de llegar a ninguna conclusión, pero con el beneficio de poder aprender unos de otros. Que es eso lo que querían los fundadores. Lo importante de integrar este foro es el aprendizaje común y luego cada uno se va a su casa con ese aprendizaje y ya verá lo que hace. Así se ha mantenido durante los 75 años de historia, sin mostrar pronunciamientos a favor o en contra de una estrategia política o económica. Y sin embargo la sociedad está compuesta de personas que han tenido muchísima importancia en el devenir de estos 75 años. Por un lado, el gran número de premios Nobel, especialmente en economía, –aunque no soy un gran fan de los premios–, y gente que ha sido muy reconocida por su capacidad de análisis, por su capacidad de pensar, de analizar y traer nuevas soluciones. También por políticos que, a título personal, han llevado a cabo grandes cambios y que eran miembros antes de llegar a estos puestos de responsabilidad política.

¿Cómo llega a la presidencia?

Me tocó ocupar la vicepresidencia en el periodo anterior, con Linda Whetstone, una gran amiga, que falleció a la mitad de su mandato, en 2021, momento desde el que fui presidente en funciones. Y ahora, con mucha alegría y orgullo, me han elegido presidente hasta 2024.

Hasta la próxima reunión bienal.

La sociedad tiene los años pares el meeting general y en los impares hay reuniones generales o especiales, más pequeñas y de temas más acotados. El próximo año tendremos una en Bretton Woods, y será en el mismo hotel donde se celebró la conferencia, al cumplirse 80 años, con una capacidad limitada a la que tiene el propio hotel. La siguiente será en Nueva Delhi, que será general.

¿Se mantiene la tradición de que no sean solo economistas sus asistentes?

En la primera edición, de 1947, a Hayek le frustró que hubiese más economistas de lo que él hubiera deseado, porque la idea era tener personas de bagaje diverso. Hubo filósofos, historiadores, sociólogos, con invitados como Karl Popper, Ludwig von Mises, Michael Polanyi…, una sociedad de gente que cubre áreas muy diversas del pensamiento. Un miembro muy ilustre actualmente es Mario Vargas Llosa, que está fuera del mundo económico. Yo creo que su riqueza se ve más clara en los años en que más se nota esa diversidad.

¿Es una sociedad secreta?

Las reuniones son a puerta cerrada y eso ha llevado a que una búsqueda rápida en internet nos ofrezca resultados a veces cercanos a una leyenda negra. Pero lo que se busca es que se hable abiertamente y que se puedan postular hipótesis.

Incluso mostrarse contradictorio o dubitativo alguien que se supone es una gran autoridad.
Exacto. Esa es una de las grandes cosas que se ven ahí, a grandes personajes explorando y proponiendo soluciones libremente y que lleva a que de verdad se aprenda. A la primera reunión estuvo invitado un español, que es algo que muchos no saben y ese fue Salvador de Madariaga, aunque a última hora se excusó por no poder asistir.

Preside la Universidad de las Hespérides, de reciente creación en Canarias, que nace con una misión muy clara, a diferencia de otras que no lo destacan tanto.

Lo hacemos como un ejercicio de honestidad y de claridad. Tiene una misión muy concreta, trabaja no para fomentar profesionales, científicos o empresarios que aprendan a obedecer sino personas que aprendan a abrir caminos nuevos. Y que eso requiere de un orden de libertades, eso tiene una lógica y unos principios ideológicos que si no se defienden día a día será imposible concebir una sociedad que no sea la de ordeno y mando, la de lazos hegemónicos, del dictado desde arriba. Queremos ser una universidad que prepara de manera excelente a sus estudiantes, pero con un currículo inspirado en las artes liberales, que permite que se formen de una manera holística, entendiendo la importancia que la libertad tiene en el desarrollo humano y de la sociedad.

Después de haber dirigido la Universidad Francisco Marroquín (UFM) en Guatemala, ¿qué diferencia aquel proyecto de este?

El primero es bastante obvio y es que su ámbito nativo es el digital, aunque tengamos sedes físicas, como la que acabamos de inaugurar en Gran Canaria. Además, hay una diferencia de forma y es que es muy dinámica, donde los diferentes departamentos trabajan muy entrelazados y de la mano, no en compartimentos estancos. Por otra parte, la UFM es una institución consolidada y grande administrativamente hablando y aquí estamos hablando de una start up, con la agilidad que esto nos permite.

¿Qué importancia cree que puede tener para Canarias de cara al futuro?

Nos gustaría que la gente que pase por la universidad y que se mantenga en su comunidad sean capaces de visualizar una sociedad mucho más próspera, mucho más ilusionante y en positivo. Con la filosofía que tiene y el modelo de aprendizaje activo que va a aplicar tiene el potencial de ser catalizador a través de sus estudiantes.

Algo así como un motor para superar ciertas frustraciones.

Canarias está posicionada en el centro del mapa del mundo, tiene una tradición de libre comercio que data del origen político de las Islas, tiene una historia de empresarialidad muy rica, a lo que se suma que estando tan cerca de toda Europa. Deberíamos preguntarnos con ese potencial que tiene por qué no está a la cabeza de Europa y probablemente sea porque no hemos sido capaces de aplicar principios básicos que han hecho que ciertas sociedades prosperen, mientras que otras se mantienen más rezagadas. Estoy seguro de que la universidad colaborará en esto y que inspirará a muchísimas personas a llevar a cabo acciones para que Canarias sea una sociedad mucho más próspera que la de hoy.

 

Entrevista publicada en el número 84 de La Gaveta Económica: