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Cuando el rock defiende la libertad

16 de mayo de 2022
rockliberal
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Solemos pensar que detrás de casi todo artista hay un izquierdista. Es difícil tener un censo o estudio de campo que nos diga si esta idea se ajusta a la realidad o no, pero es una impresión que se sostiene, en España, en grupos como los de los “artistas de la ceja” que apoyaron a Zapatero, o el aire falsamente reivindicativo que se respira en cada entrega de los premios Goya. Lo mismo puede decirse de los Oscar, o del ambiente musical, donde la utopía colectivista hippie de Woodstock es un tótem que se recuerda con añoranza. Pero no todo es monocolor y no han sido pocos los músicos que en sus canciones mostraron que creen más en la libertad del hombre para construir su propio camino que en las seguridades que ofrecería el estado a cambio de recortar esa libertad.

Es muy citado el caso de “Taxman”, donde George Harrison parece quejarse de cómo el fisco británico se queda con una buena porción del pastel de millones que cocinaban los Beatles. Del mismo modo, el grupo canadiense Rush siempre aparece mencionado como una rara avis del rock progresivo, gracias a las letras de Neil Peart. El batería del grupo era devoto lector de la filósofa Ayn Rand, a la que homenajea desde el cuarto disco, “2112”, algo que hace explícito en la cubierta del álbum, donde la menciona como inspiración directa para la obertura de veinte minutos con que comienza la grabación.

El rastafari Bob Marley ha quedado como el más notable de los músicos surgidos en Jamaica, pero pocas veces hemos reparado en el aire de libertad que impregna varias de sus canciones. En “Revolution” encontramos unos versos contundentes de resistencia al poder político en favor de la libertad individual. “Nunca permitas que un político te conceda un favor/Siempre querrán controlarte para siempre” dice el icono del reggae, toda una declaración de principios que va en sentido contrario al de estos tiempos en que se glorifica una presunta ampliación de derechos que, en realidad, no son otra cosa que una concesión de mayor poder al gobierno sobre los ciudadanos. Otro tanto puede decirse de “Redemption Song”, donde llama a liberarse y “emanciparse de la esclavitud mental”, porque “nadie más que nosotros puede liberar nuestras mentes”. Al provenir de la boca de un negro lo primero que se piensa es que se está refiriendo al pasado en que se esclavizaba a los de su raza, pero Marley en realidad va mucho más allá.

La tensión entre seguridad y libertad aparece muy poéticamente retratada en una de las más emblemáticas piezas de Pink Floyd, “Wish You Were Here”, cuando Roger Waters, tras hacer una serie de preguntas retóricas sobre el destino que cada uno da a su existencia, acaba con la advertencia: “Cambiaste un papel secundario en la guerra/ por ser un protagonista en una jaula”. Una referencia muy explícita y muy crítica a los programas del gobierno para salvar nuestras vidas es la que hace John Fogerty, cantante de Creedence, en uno de los títulos más clásicos de la banda californiana, “Who’ll Stop The Rain”. La lluvia a la que se refiere puede ser la intervención estatal en todos los aspectos de nuestra existencia: “Atrapado en la fábula, vi la torre crecer/ Planes quinquenales y “new deal”/ ¡Envuelto en cadenas de oro!/ Y me pregunto, todavía me pregunto ¿Quién detendrá la lluvia?”.

Bob Dylan fue un símbolo de las protestas y las llamadas luchas por los derechos civiles en los años sesenta, pero bastante pronto llegó su reflexión sobre cómo podía haber equivocado el camino. En “My Back Pages” (que también cantaron los Byrds), se presenta una clara apostasía de algunos principios del hippismo, que había abanderado en sus años mozos, cuando canta en el estribillo que “era mucho mayor entonces/ soy más joven que eso ahora”. No es de extrañar, pues, que dejase helados a los asistentes del premio Tom Paine, dedicado a la lucha por las libertades civiles, cuando negó la existencia de las culpas colectivas y pidió que se dejase de usar el “nosotros” para cosas en las que realmente no tenía responsabilidad cada individuo.

Podrá argumentarse que poner la lupa en las letras de rock en busca de sentidos más allá de la rima y el ripio es algo arriesgado, más si tenemos en cuenta que muchos compositores reconocen que primero llega la música y después se le añaden los versos, lo que podría entenderse como un papel subalterno del texto. Pero también es cierto que son estas palabras las que están allí y no otras, además de que a la hora de interpretar una obra artística cada uno es dueño de hacer su lectura, siempre que encuentre un mínimo sentido o lógica que respalde sus argumentos.