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Mario Rodríguez: “El beneficio en la sanidad privada es muy modesto”

1 de octubre de 2016
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Casi cien años contemplan al Hospital San Roque situado en el histórico barrio de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria. Mucho ha cambiado desde que en el año 1920 un grupo de médicos encabezados por don Silvestre Bello y don Luis Millares formaron una Comunidad de Bienes con la idea novedosa de poner en marcha una pionera clínica privada que superase el concepto que se conocía en aquella época de asistencia benéfica. Una idea moderna que hoy nos parece de lo más común en una institución que va camino de convertirse en centenaria gracias al impulso y la transformación que ha llevado a cabo el grupo bajo la dirección de Mario Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria, 1946).

Empecemos por el principio, ¿cómo llegó a ser médico?

“Nací en el seno de una modesta familia de agricultores; hice el bachillerato en el Pérez Galdós, cuando estaba en la calle de Canalejas; Medicina en la Universidad de Granada y la Especialidad en la de Sevilla, concluyendo en la Complutense. No estaría todo dicho si no añado que, para que todo esto fuera posible, mi padre se vio obligado a emigrar a Venezuela, donde también tuve la oportunidad de estudiar. Mis primeros pasos en el ejercicio profesional los di en Madrid y al poco tiempo me vine a Las Palmas a trabajar como radiólogo en el primer estudio importante de la provincia, abierto en la calle García-Tello, actualmente, por lealtad a los principios y solidaridad con los amigos, integrado en el Grupo San Roque. Comencé a volar por mi cuenta cuando se dieron dos circunstancias esenciales en mi carrera: ganar la plaza de Jefe del Servicio de Radiología del Hospital Insular y aceptar la oferta de la Clínica de San Roque de montar un ambicioso Servicio de Radiología”.

De médico-radiólogo a presidente de un grupo hospitalario, ¿cómo llegó hasta aquí?

“En los años setenta, trabajé en la Pública y en la Privada porque no había problema de incompatibilidades aunque el esfuerzo podía llegar a ser alienante. Cuando, posteriormente, cambió la legislación, elegí la aventura empresarial como única forma de establecer una sanidad como había soñado. Los fundadores de Clínica San Roque habían ya fallecido o envejecido lo suficiente para no atreverse con la idea. Compré entonces las participaciones que quisieron venderme y con un grupo de amigos -hijos de los fundadores-, nos pusimos a la tarea de sacar al hospital del estado de continuas pérdidas que amenazaba con hacerlo desaparecer. Convertimos en real la transformación de la Comunidad de Bienes en una Sociedad Anónima y pasé a formar parte del primer Consejo Administración, al que actualmente me dedico en exclusiva”.

¿En qué ha cambiado Hospitales San Roque en todo este tiempo?

“Como he dicho, la Clínica San Roque pasó de ser una Comunidades de Bienes, una Sociedad Anónima, con un inmovilizado material muy viejo y desprovisto de todo. Nos metimos a fondo en el empeño de continuar con la ilusión de los fundadores y nos lanzamos a su modernización bajo criterios de calidad y mejoras científicas. Y creo que lo hemos conseguido porque hoy es una de las clínicas privadas mejor consideradas, tanto en el Archipiélago como a nivel nacional, como lo acredita el dato publicado por el Monitor de Reputación Sanitaria 2015, que nos coloca en el puesto 15 de todas las de España. Tecnológicamente, hemos conseguido una clínica de alto nivel y  prestigio internacional”.

Por cierto, han invertido 16 años y 7 millones para renovar totalmente San Roque Vegueta, ¿somos conscientes del alto coste que implica estar a la última en Sanidad?

“En pocas palabras, puedo afirmar que, sin dejar de funcionar, hemos demolido el hospital y lo hemos reconstruido. Una obra de esta magnitud comporta muchos problemas, que no valoramos, pero que tienen un costo infinitamente superior al de la inversión en ladrillos; piense solo en el lucro cesante. Como proyecto personal, creo que tenemos que estar satisfechos, aunque no hemos sido los únicos, ya que hay otros centros en la misma Isla que, siguiendo nuestro camino, han conseguido algo parecido, resultando del esfuerzo de todos una clara mejora para la Sanidad en Canarias”.

¿Hay mucha competencia en el ámbito de la Sanidad?

“La sanidad privada representa el 40% de las camas de Canarias y está montada, en cuanto a calidad y eficacia, a nivel de los centros de Norteamérica, pero muy lejos de sus rendimientos económicos. En el entorno canario, la nuestra es una actividad muy poco lucrativa, muy cara; da mucho trabajo y reparte riqueza, pero a nosotros apenas nos queda para subsistir. No sólo es caro el material que se usa, requiere inversiones desproporcionadas; sino que hay que añadirle el mantenimiento, que es prácticamente ruinoso. Por todo ello, el beneficio es muy modesto y la competencia muy complicada, porque hay que contar con la extraña cicatería que forma parte de las exigencias sanitarias, tanto a nivel de la contratación administrativa, como de las actitudes que animan al mismo cliente privado y a las aseguradoras. Se tiene que estar a muy alto nivel  a precios límites porque la oferta no sólo es mucha, sino también muy variada”.

¿Entonces no se aprovechan de la gente con problemas de salud como mantienen algunos?

Todo lo contrario. El contenido de la pregunta tiene que ver casi exclusivamente con el lugar común que, a falta de ninguna razón, usan los defensores a ultranza de la sanidad pública, enemigos viscerales de la sanidad privada. Que conste, por adelantado, que soy un ferviente partidario de la sanidad pública, entendida ésta -así debía ser- como la que se paga con dineros públicos, no la que se hace en los hospitales públicos, sobre lo que puedo adelantarle que actualmente hay alguno que hace sus pinitos en la competencia con la privada porque cuando un hospital público atiende a un ciudadano que no pertenece al sistema público de salud, está haciendo medicina privada. Por lo demás, puedo asegurarle que en el tratamiento en los centros privados, en general, predomina un sentido de alta profesionalidad y que los márgenes de ganancias son tan miserables que nadie podrá hacerse rico con esta actividad. Alta profesionalidad quiere decir que ningún centro médico se aprovecha de la enfermedad para enriquecerse. Quien tenga duda, puede consultar nuestros resultados en los registros mercantiles, donde depositamos las cuentas anuales”.

La Sanidad Pública también ha cambiado mucho en los últimos 40 años, ¿ahora es parte de la competencia?

“Como le he dicho, por coherencia con los principios que rigen el funcionamiento de la Unión Europea, los hospitales públicos no deben, no pueden competir en el mundo de lo privado; sin embargo siempre se da alguna que otra excepción; pero, en términos generales, en nuestra Comunidad Autónoma el servicio público sanitario en muy respetuoso y responsable en ese sentido”.

De hecho ustedes colaboran a través de concesiones y conciertos con la Sanidad Pública, ¿qué aporta el Grupo San Roque al sistema público?

Los centros privados atienden el cuarenta por ciento de la asistencia pública a un costo más reducido, normalmente a través de conciertos o prestando instalaciones. El Grupo San Roque atiende su cuota parte de este porcentaje y, además, presta servicios especiales mediante conciertos específicos dentro de los mismos hospitales públicos, como es el caso del Hospital Negrín, que tiene una acogida perfecta por parte de profesionales y usuarios del sistema público. También el Hospital San Roque Maspalomas llega a funcionar como un centro público, aunque no lo sea, pues presta la atención urgente y primaria a la población del cono Sur de la Isla”. 

¿Se hace demagogia en torno a la sanidad pública y privada?

“El problema sanitario es delicado, los políticos tienen dos armas muy sensibles para sus votos. Una es la educación y otra, la sanidad. Lo malo es que la batalla siempre nos roza, sobre todo, como le dije antes, en la interpretación interesada del concepto de sanidad pública. En este tema, la demagogia es continua, pese a que la privada atiende aproximadamente el cuarenta por ciento de la demanda pública con un coste que no rebasa el seis por ciento del presupuesto de ésta. En cuanto a calidades, nadie se atreve a discutir francamente la similitud de calidades y una prueba es que los funcionarios públicos eligen la sanidad servida por el sector privado por que la atención es más rápida, ágil y flexible”.

Uno de los problemas del sistema público es el exceso de demanda y las listas de espera ¿Cómo se podría mejorar el sistema?

Contando más racionalmente con la sanidad que ofrecen los centros de gestión privada, que es más rápida y más barata. Si tiene alguna duda, puede consultar las órdenes de precios que se publican en el BOCA”.

¿Qué puede aportar el sector privado en este sentido?

En primer lugar, una atención más directa y ágil, con menor costo sin perder calidad, que siempre estaría vigilada por los responsables del sistema público. Ello ayudaría de forma significativa a reducir las listas de espera y a romper el cuello de botella de las urgencias, que son las quejas fundamentales de los ciudadanos”.

¿Podría ser una solución a las listas de espera?

“Sin duda, por las razones expuestas anteriormente y porque a la privada le sobra capacidad para triplicar la atención que actualmente prestamos a la sociedad”.

El hospital que tienen en Maspalomas ha cumplido recientemente diez años pero los inicios fueron complicados, ¿qué ocurrió?

“Los inicios fueron tremendos. Fue una iniciativa del ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. Nosotros hacía años que estábamos buscando suelo para montar algo en el Sur, pero la zona turística es carísima y no hay calificación de suelo sanitario. Nadie nos vendía porque todo el mundo quería hacer un hotel, que es lo que es rentable y no un hospital. El Ayuntamiento hizo una oferta para la construcción y gestión de un hospital, concurso que finalmente ganó el Grupo San Roque y en los inicios contamos con el disgusto de Servicio Canario de la Salud, que nos impuso un concierto ruinoso. Perdimos 21 millones de euros y no cerramos por la voluntad decidida del grupo de empresarios obstinado en defender que éramos necesarios para la atención del cono Sur de la Isla”.

¿Fue una decisión errónea?

“Si hablamos de la decisión de construir el hospital, radicalmente no. Los problemas del inicio tuvieron cariz predominantemente político y hoy se ha demostrado que el hospital está bien localizado y es necesario, incluso para sostener la oferta turística. Demanialmente es un hospital público, propiedad del Ayuntamiento, pero gestionado por nosotros. Eso es lo que no ha gustado en la Sanidad Pública aunque en la península es bastante frecuente que un ayuntamiento pueda ser partícipe en la atención sanitaria. El alcalde lo que quiere es que su población esté atendida además de tener una infraestructura que también sea un atractivo y dé seguridad a quienes viajan a Canarias. No hubo ningún error, como lo demuestran los cientos de miles a asistencias urgentes que hemos atendido en los último cinco años.

¿Influyó la crisis en esas dificultades?

“No. Pero, de influir, debió hacerlo a la inversa, ya que prestamos el servicio mucho más barato”.

Con todo,  el Hospital San Roque de Maspalomas es el que tiene mayor puntuación entre los centros canarios del sistema público según el Monitor de Reputación Sanitaria

“Es lo que se ha publicado, sin que nosotros tengamos ninguna influencia en la opinión de los calificadores del Monitor”.

No es común que un médico ejerza también de empresario, ¿que le ha aportado esta doble faceta?

“Como grupo hemos practicado la excelencia y la calidad, seguimos sin abandonar la idea de empresa familiar y profesional. Hemos mantenido los orígenes, con médicos en el Consejo, lo que permite tener la visión de ambos mundos. Personalmente satisfice mi labor profesional como médico y en la parte empresarial he tenido la suerte de estar en ambos mundos. Me ha enriquecido el tener las dos visiones y, sin inmiscuirme en actividades extrañas a la mía, he conseguido entender las razones de los otros

Incluso llegó a representar a los empresarios de Canarias como presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, ¿cuál fue su experiencia?

Me parecía importante aplicar los conocimientos empresariales, si no a la ciencia médica, sí al funcionamiento de las organizaciones en que se desarrolla y qué mejor que estar en la organización que las engloba a todas. Un mundo que puede parecer raro para un médico, pero que ya dentro aporta conocimientos indispensables para saber de organización económica y de eficacia. Estuve en el Comité Ejecutivo de Madrid y allí defendimos la emprendeduría de Canarias. Y también me permitió conocer a muchos empresarios de ámbito nacional y viajar, ampliar el mundo desde el punto de vista sanitario aunque yo fuera representando a todos los empresarios”.

¿Por dónde pasa el futuro de Hospitales San Roque?

“Hasta ahora hemos preferido afianzar nuestra presencia y nuestro desarrollo en estas islas. Actualmente estamos viviendo la globalización de casi todo, también de la sanidad privada donde muchos fondos de capital riesgo están apostando por esta actividad. Nosotros colaboramos con algunas de las multinacionales que se están estableciendo aquí, pero el futuro… ya veremos, está por escribir. Quizá no seré yo el que lo escriba pero otros lo harán. Mucha gente quiere que estemos nosotros, nuestro cartel y nuestro know how, pero no siempre las inversiones pueden ser adecuadas ni los países dan la seguridad total. Necesitamos el apoyo de la sociedad y del Estado donde estamos asentados, así como la seguridad jurídica, para que se factible el atreverse con empresas con tecnologías que muchas veces nos sobrepasan”.

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