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Antonio Morales: “Hoy es imposible acertar en las previsiones económicas”

28 de febrero de 2021
antoniomorales
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Es una de las voces que de manera más enérgica se han levantado frente a los errores en la gestión de la crisis migratoria de los últimos meses y ha llegado a decirle al presidente del Gobierno que no lo convoque a más reuniones con ministros si estas no aportan verdaderas soluciones. Antonio Morales ve las cosas con cautela desde el gobierno de la isla de Gran Canaria, toda vez que la principal actividad económica, el turismo, no muestra signos de recuperación tras la peor caída de su historia.

› ¿Qué tipo de previsión económica hacen de cara al período 2021/22?

En estos momentos, es imposible que podamos acertar en ninguna de las previsiones. Cada vez que hemos considerado la posibilidad de una recuperación, reaparece algún elemento que empeora la situación de la pandemia. Las incertidumbres siguen siendo muchísimas y las tenemos todavía en cuanto a las mismas vacunas, o a si vamos a ser capaces de lograr la inmunidad de grupo antes del verano, que solo así nos abriría horizontes de esperanza.

› ¿Cómo se ve desde el Cabildo todo el impacto de la pandemia?

El impacto en la isla, sin duda, está siendo muy importante y lleva a una crisis social y económica de enorme calado de cara al futuro. Ojalá las vacunas hagan su efecto y podamos a finales de año recuperar la actividad turística. Si no, los problemas serán muy serios en los próximos años.

› Dentro de todo lo malo que tiene este contexto, es cierto que puede verse a la vez como una oportunidad para hacer reformas.

Precisamente, en estos días hemos presentado un ambicioso programa de gobernanza e innovación, que implica una gran simplificación administrativa, todo un nuevo modelo de dirección por objetivos para ofrecer un gobierno abierto, servicios públicos rápidos y, en suma, hacer de la corporación un referente de cercanía y efectividad. Hemos aprendido mucho en esta nueva situación y por eso buscamos implantar un modelo gerencial empresarial, es decir, por objetivos y resultados, lo que conllevará un auténtico cambio de cultura en la institución.

› Los distintos grados de alerta por el covid también se deben tener en cuenta en la organización interna, seguramente.

Sí, en el nivel de alerta 3 se mantiene en sus puestos el 33% del personal y el resto teletrabaja desde casa, mientras que en el nivel 2 vamos a un 50 y 50. Se ha hecho un esfuerzo grande en cuanto los medios para que pudieran hacerlo, también. Todo esto, a la vez, ha contribuido a la agilización de los procedimientos, a que los ciudadanos hagan casi todo desde su casa, lo que ha modernizado la administración. El gran cambio se va a dar entre este año y el siguiente, para llegar a 2023 con el cien por cien de los trámites con la posibilidad de hacerlos online.

› ¿Se ha mejorado la diligencia en el pago a proveedores?

Durante lo peor de las cuarentenas se ha hecho un trabajo extraordinario en ese sentido y ganamos mucho en agilidad, acabando el año en un periodo medio de pago mensual de 6,95 días, lo cual es una buena cifra. El teletrabajo nos ha sorprendido gratamente, porque hemos agilizado pagos en los momentos más duros de la pandemia. Es verdad que el parón hizo que llegasen menos cosas y nos diera tiempo a acometer estas reformas.

› Ha tenido usted una aparición pública muy contundente en materia de inmigración en los últimos días. ¿En qué medida cree que se ha errado en la gestión de esta crisis?

Ha sido muy errónea la política migratoria. Primero, a la hora de tratar a las personas que llegaban, que fue algo inhumano. Ha habido una absoluta falta de información y de transparencia de la gestión, que sembraba alarma y miedo, como consecuencia.

› Usted, como presidente de un Cabildo, ¿también lo ha padecido?

Por supuesto. Es que no había información para la ciudadanía ni para las instituciones. Nos enterábamos al día siguiente de que habían decidido alquilar hoteles o también nos enteramos tarde de que habían liberado a más de 200 personas en el muelle de Arguineguín. Sin que se sepa a día de hoy cómo se adoptó esa decisión. Ha habido una opacidad muy grande. Y sin pedagogía hacia la población, sin explicar en qué consiste el fenómeno. Una gran dejación por parte del Estado a la hora de dar respuesta a las demandas de la sociedad grancanaria para que esto no se convirtiera en un espacio de frontera.

› ¿Se han tomado medidas desde demasiado lejos?

Sin tener en cuenta la realidad local. Al final, se hace un seguidismo de las políticas europeas y la gestión ha sido desastrosa. En una situación como la que estamos viviendo, de crisis social y económica, los sectores más frágiles, los más afectados y vulnerables tienen miedo, incertidumbre sobre su futuro. De ahí a encender la llama de cosas peores hay solo un paso.

› ¿No ha habido información ni siquiera en el nivel de los representantes civiles o de las administraciones?

Nada. Yo he participado de dos reuniones, una con el ministro Escrivá y otra con Grande-Marlaska, pero solo eso. Tuve que escribirle una carta al presidente, Pedro Sánchez, para decirle que no iba más a reuniones de este tipo, que parecía que eran más para justificar sus políticas que para proponer soluciones y alternativas.

› Da la impresión de que nadie se atreve a decir oficialmente lo que hay: que habrá permanentemente hasta decenas de miles de inmigrantes en centros de las islas.

O dicen el mensaje contrario, que se están haciendo repatriaciones y derivaciones, pero sin que sepamos los números. No hay transparencia, no hay información fiable y así se alimentan muchos bulos, como todos sabemos. Aquí, lo que está claro, es que quieren convertirnos en una cárcel y sin medios adecuados para atender a estas personas, como pudimos ver cuando intentan improvisar una chabola en un barranco.

› ¿No cree que se le hace un daño a la imagen de Gran Canaria con todo esto?

Yo creo que no, porque no tiene la trascendencia que podría haber tenido sin la pandemia de por medio. Pero sí corremos ese riesgo. Si esto se dilata… Ahora parece que efectivamente los hoteles quedarán vacíos y no se seguirá dando la imagen de estos últimos meses. Nada de eso es bueno, porque si la ciudadanía está cabreada y la información es mala y escasa, se generan bulos y todo eso tampoco es bueno para el turismo y las personas que nos visitan.

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