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Juan Miguel Sanjuán: “Para desarrollar un país se necesita a la empresa”

11 de agosto de 2021
sanjuan
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Juan Miguel Sanjuán es, por trayectoria y por mérito personal, una de las grandes voces de la empresa en Canarias. Su impronta en el Grupo Satocan y su decisivo papel en el movimiento empresarial de las Islas lo convierten en hombre de consulta permanente y referencia obligada a la hora de pulsar la opinión de los que toman grandes decisiones.

– Primero, una definición casi filosófica: ¿Más empresa o más estado?
– Más empresa. En esto no tengo dudas. Está claro que puede haber sinergias, hay subsidiariedad con el estado o los entes del estado… Pero para desarrollar un país, para ejercer la libertad, se necesita la empresa. Y eso es lo que mucha gente olvida, es la base de toda política social, porque si no, no hay crecimiento.

– Desde el sistema educativo no se transmite siempre esa idea.
– Claro, a la empresa privada se la presenta como alguien que se aprovecha del desarrollo y no como el que lo crea. Pero en libertad, no hay otra posibilidad de desarrollo económico.

– Se habla con insistencia estas semanas de la importancia de los fondos Next Generation, ¿hasta qué punto servirán y satisfarán las expectativas que se han creado?
– Van a ser muy importantes. Necesitamos dos cosas: inversión y orden en la adjudicación de esos fondos. Si se dedican a cosas productivas y no a tonterías, serán importantes. Tengo personalmente confianza de que la Unión Europea no solo dará dinero, sino que controlará cuál es el destino que se le da.

– Hay antecedentes de todo tipo en esta materia.
– Sí, pero es la primera vez que pasa que habrá más supervisión. De no tener el apoyo, la pertenencia, a la UE el futuro y la situación de España habría sido muy distinta. En un escenario de tanto gasto, por malas políticas y por la pandemia, tendríamos un horizonte de futuro tremendamente malo. El apoyo de los países de Europa es lo que me da confianza de que podremos salir de este trance.

– ¿Cuándo y hasta dónde llegará la recuperación? ¿Tenemos alguna certidumbre?
– La verdad es que yo no tengo claro todavía cuál es el final de la situación, porque no veo todavía que podamos cantar victoria. No lo veo en Canarias, en España ni en Europa. Hay un elemento nuevo ahora, que no estaba el año pasado, cuando yo era bastante más pesimista, porque no tenía la certeza de que la vacuna ya estaría aquí. Eso cambia notablemente los planteamientos. Para nosotros como receptores, y sobre todo en los países emisores, podemos pensar que hará que el turismo crezca. Pero la perspectiva indica que todavía nos queda tiempo para que tengamos la seguridad de saber qué es lo que va a pasar.

– ¿En cuánto tiempo se recuperarán cifras previas a la pandemia?
– Cuando empezó todo esto, como tristemente teníamos tiempo para hacer de todo, hice unas curvas acerca de cómo podrían salir los sectores. En ellos, el turismo salía como el claramente perjudicado. Y Canarias con él. Salía peor que Baleares, que tiene además una industria más fuerte que la nuestra. En aquel momento estimé un mínimo de tres años. También es verdad que no pensé que la vacuna se descubriría tan rápido. Por contra, tampoco pensé que habría tantas variantes de las cepas.
Hace poco leía una entrevista a Simón Pedro Barceló, presidente de Barceló, y me pareció muy realista cuando dijo que al empezar esto hicieron presupuesto para cuatro años. Nosotros pensamos algo así: esto va para largo, hay que hacer el mayor control de gastos posible para aguantar con todos nuestros empleados.

– Tras los efectos de la pandemia: ¿Se ajusta igual el cinturón el sector privado que el público?
– De ninguna manera. En el sector público, no sé si algún empleado le haya afectado ni en un euro siquiera. Mientras que en el sector privado, desde los ERTE, que es un instrumento que alabo y es una medida fundamental, todo esto ha sido un sacrificio. A eso se suma la cantidad de personal que hoy estaría trabajando y no lo está por culpa por la pandemia; el parado que ahora no encuentra trabajo.

– ¿Existen algunos eternos males canarios que aparecen y reaparecen en la economía canaria?
– Hay uno fundamental, que es que en Canarias, en general, vivimos bien gracias a cosas dadas como el clima y la situación geográfica, pero nos falta espíritu de competitividad. Tengo esa sensación. Hay gente que la tiene, pero no está extendido en la sociedad canaria. Debe entenderse que para conseguir cosas hay que luchar y hay que competir en todos los niveles. Por otro lado, tristemente, por parte del gobierno central no se entiende la situación de las Islas, que es diferente a la de la Península y hay que buscar compensaciones.

– ¿Todo este episodio del REF y el cine es parte de eso?
– Es el ejemplo, totalmente. Si se llega a unos acuerdos y se hace una ley, del más alto rango, pero después no se cumple, a los empresarios y los inversores se les manda una muy mala señal. Es peor que si no se hubiera acordado nada.

– Tanto que se dijo que quedaba “anclado en el Estatuto” y finalmente pasan estas cosas.
– A mí me causa una extrañeza tremenda, que se haya llegado a esto. Y en el caso concreto del cine, no son unos números que puedan representar un agravio frente a otras autonomías. Es falta de conocimiento y desinterés por preocuparse, de empuje incluso, también, del Gobierno de Canarias, que no ha sido suficientemente batallador.