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La guagua no es gratis

25 de febrero de 2024
Guagua
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Nos hemos pasado parte de diciembre y enero hablando acerca de si se mantenían las guaguas gratis en Canarias o si se condicionaba esto a una determinada frecuencia en el uso. Es curioso, porque al revés de lo que sucede con algunos servicios, por ejemplo, de determinadas aplicaciones informáticas, que se ofrecen de forma gratuita siempre y cuando se utilicen poco y que ante un uso más intensivo se obliga al cliente a pagar por ellas, aquí paga solo el usuario ocasional. Quizá deba atribuirse esto a que la lógica del mercado, la del mundo real, es una y la de los servicios que prestan las administraciones es otra, o que su gestión, sencillamente, va en contra de las leyes de la lógica.

Pero la cuestión de fondo es por qué hablamos de guaguas gratis si esto, en realidad, no es cierto. Como bien dice un amigo mío, “si te dicen que es gratis significa que lo paga otro”. Otro o uno mismo, pero pagarse, se paga. Sucede que vivimos entre ilusiones fomentadas por un discurso político que nos quiere hacer creer que no pagamos lo que en verdad sí pagamos. Sin salir del ejemplo de las guaguas, estas cuestan a cada tinerfeño, grosso modo, más de 150 euros al año, sumando presupuestos de Titsa y aportaciones extra del tesoro nacional una vez acordada la supuesta gratuidad. Si en una familia que vive, por ejemplo, en Icod de los Vinos, y ninguno de sus cuatro miembros utiliza la guagua, estaríamos diciendo que pagan 600 euros por año por esos autobuses verdes aunque no se suban a este tipo de transporte. Incluso podríamos hacer las cuentas de cuánto cuesta cada uno de los viajes en guagua y lo cierto es que no sale gratis, sino que ronda los tres euros. Otra cosa es que, ahora, en el momento de subirse a la guagua no se pague.

El servicio clásico que nos tratan de convencer de que es gratis, por supuesto, es la sanidad pública. Quizá sea lo menos gratis de todo, porque su coste no solo es bastante alto, sino que además tiene un importe siempre creciente. En los últimos presupuestos consolidados de la comunidad autónoma, la sanidad canaria se llevó 3.453 millones de euros, o lo que es lo mismo, el gasto sanitario por cada canario, el gasto per cápita, de 2022 llegó hasta los 1.552 euros, lo que significó 64 euros más que el año anterior. Estos más de 1.500 euros superan lo que cuesta el seguro de salud con reembolso más caro del mercado, según puede usted comprobar en cualquier comparador online que reúna las tarifas de las distintas compañías en España.

La educación gratuita. Otra mentira muy convincente. Los presupuestos de la comunidad autónoma rondan los 2.000 millones de euros en cuanto al gasto en educación y, si descontamos lo que se destina a enseñanzas como las universitarias y otras que no forman parte de la educación obligatoria, el coste de cada alumno es de algo más de 6.000 euros al año (unos 500 por mes). Un coste que lo pagan a través de sus impuestos también los padres que no envían a sus hijos al colegio público, a lo que tendrán que sumar la matrícula de colegio privado que elijan. O, en el caso de ser concertado, se beneficiarán de una cuota menor, ya que parte de los costes los financia la administración pública. Como ya se ha demostrado en periódicos estudios que se publican al respecto, un alumno de un colegio concertado sale más barato que el de uno público: algo menos de 3.000 euros al año.

A este espejismo de lo gratuito que en realidad nos sale caro, se suma en Canarias uno particular: “Total, esto lo paga Europa”. O “lo paga el Estado”. Como si de nuestros impuestos no salieran esos fondos en cualquiera de los dos casos. Deberíamos proponernos hacer la cuenta, mentalmente, cada vez que se anuncia algo que nos regala el gobierno, para saber a cuántos euros de nuestro bolsillo equivale. Y ser escépticos ante todas las propuestas de “guagua gratis”, porque no solo nos pasarán la factura sino que además tendrán el descaro de exigir que les demos las gracias.