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Sermones del Colegio de Médicos

1 de agosto de 2023
col de medicos de lps
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Vivimos en una sociedad en la que los sermones han pasado de los púlpitos a las redes sociales. La jerarquía eclesiástica ya no es quien dictamina cuál es la moral correcta, sino los comunicadores, los influencers o –vemos cómo lo intentan– los políticos. Y aliados con ellos van a veces algunos grupos de presión, desde los ecologistas radicales hasta los empresarios amigos del poder. También los sindicatos, el sistema educativo, los clubes deportivos… todos ahora quieren decirnos cómo tenemos que vivir nuestras vidas. Pero más peligroso que todos estos casos es cuando el que quiere imponer una conducta determinada está revestido de cierta autoridad. Por ejemplo, un colegio de médicos. Por ejemplo, el Colegio de Médicos de Las Palmas, que ha colgado en el frente de su edificio, en la calle León y Castillo, una banderola con el mensaje “Vapear también mata”.

Ya conocimos sus argumentos contrarios a la instalación de una nueva planta de Philip Morris en Canarias, reseñados en La Gaveta Económica del mes pasado. Ahondando en su batalla, ahora lanzan esta campaña que es, cuanto menos, discutible desde el punto de vista sanitario, que es el que les debería preocupar a los politizados dirigentes actuales del Colegio de Médicos. Sucede que la rotundidad de la frase “Vapear también mata” es todo lo contrario a la prudencia que deseamos ver en los médicos, de quienes esperamos palabras que nos ilustren y no que nos alarmen. Pero ya lo habían hecho hace algo más de un año con otra muy ideologizada iniciativa que llevaba por lema “Juega con el cambio climático… y ganarás enfermedades”, muy en esta línea de atemorizar a la población. Como los curas de antaño lo hacían con el fuego eterno.

Lejos está de las intenciones del Colegio de Médicos analizar la situación del tabaquismo y ofrecer a las personas que padecen sus consecuencias una alternativa más saludable. Es lo contrario a lo que se hizo, por ejemplo, con la heroína y el tratamiento a sus consumidores a través de la metadona. Quizá la diferencia estribe en quién produce la metadona y quién produce los productos de vapeo. Los primeros tienen excelentes relaciones con el lobby médico y los segundos, no.

En otras latitudes las cosas no son como aquí. En el Reino Unido, por ejemplo, se trabajó durante años, sin preconceptos y con el ánimo de llegar a un conocimiento verdadero, la hipótesis de que los productos de vapeo pudiesen ser una alternativa al tabaco tradicional y una puerta por la que se pudiera abandonar el cigarrillo. Año tras año, la agencia estatal de salud británica (Public Health England, PHE, ahora conocida por un nuevo nombre, UK Health Security Agency) fue elaborando informes que iba dando a conocer al público y que ponía asimismo a disposición de los legisladores. Así, en la séptima revisión realizada por la PHE se reseñaba una evidencia “aún más sólida que antes” de que los vapeadores con nicotina son efectivos para ayudar a reducir los riesgos del tabaquismo y para dejar de fumar, en comparación con el informe anterior.

Sin embargo, se lamentaba, a pesar de estos hallazgos, de que “la percepción sobre los riesgos asociados con el vapeo haya empeorado en los últimos años”. Según el informe, el 38% de los fumadores cree erróneamente que el vapeo es igual de peligroso que fumar, mientras que solo el 29% piensa que es menos riesgoso. Además, el 15% incluso considera que el vapeo es más peligroso que fumar. Estos datos revelan una percepción inadecuada de los riesgos reales del vapeo entre la población.

Campañas como las del Colegio de Médicos de Las Palmas abonan este desconocimiento de los verdaderos efectos del tabaco calentado o los vapeadores en la salud de sus consumidores. Una campaña de desinformación en toda regla, que no da alternativas a los fumadores salvo la de los tratamientos con parches de nicotina, apoyados por la industria farmacéutica, que es la que los fabrica y que en España se muestran aliados con las corporaciones médicas.

Sería deseable que antes de colgar pancartas alarmistas en la fachada de su edificio, el lobby de los médicos instara, a sus miembros y a la población en general, a la lectura de la abundante evidencia científica sobre los beneficios del vapeo como alternativa de menos riesgo al cigarrillo tradicional, que dejen de lado los prejuicios y que difundan información de calidad. En vez de amenazarnos con el infierno.